Gu Yangcheon, quien traicionó a las sectas ortodoxas, se convirtió en un humano demoníaco bajo el Demonio Celestial. Viviendo como un humano demoníaco, llevó una vida llena de arrepentimiento. Cometió innumerables males no por su propia voluntad, sino bajo las órdenes del Demonio Celestial. En la Gran Guerra Ortodoxa-Demonio, gracias a Wi Seol-ah, quien derribó al Demonio Celestial que hizo arrodillarse incluso a los tres supremos de las fuerzas ortodoxas, Gu Yangcheon fue hecho prisionero por las fuerzas ortodoxas y sufrió por sus pecados. Con la moral que le quedaba, murió dándole a Wi Seol-ah información sobre el Culto del Demonio debido a un vínculo que el Demonio Celestial le había puesto. Luego, por alguna razón, Gu Yangcheon regresó a cuando conoció a Wi Seol-ah. Al darse cuenta de que la regresión no era un sueño, Gu Yangcheon decidió vivir una vida tranquila. Sin embargo, los malos lazos de su vida anterior comenzaron a acercarse, uno a uno. En lugar de luchar sin sentido, reconoció su lugar.